14 de dezembro de 2010

Representaciones


La chica ya había crecido. Era un ambiente catolico romano, todavia sus incursiones espirituales ya la habían hecho salir de transito por la umbanda*, candomblé*, espiritismo, budismo... De cada viaje, una experiência tranquilizadora, apaciguadora, lo que la echava llevar lo bueno de cada cual.


Los personajes de la historia biblica fueron buscados con gran interese. Como ya se aproximaba de la fecha del nacimiento de Jesús, las tiendas no disponían más de muchos ejemplares de aquella representación. La búsqueda si dió en tres ciudades, diversos puntos comerciales, várias caminadas y pesquisas. Todo por el presepio. Todo por la madre. La alternativa fue encomendalo en una tienda de decoración.


Pasados algunos días, los tales muñecos de resina llegaron. En un misto de ansiedad y felicidad, la chica corrió para buscarlos y llevarlos a su madre. Llegando en casa, anunció la llegada de ellos. Fue desenvolviendo uno a uno y, a la cada aparición, una exclamación y la sonrisa casi infantil de la matriarca. Allá estaban José, María, los tres reyes magos, el anjo Gabriel y hasta una ovejita y una vaquita, además – es claro – del niño en la cuna. La madre dió saltitos de alegría. Recontó la historia. Nombró uno a uno de los personajes. Agradeció.


La chica también quedó feliz.

Disfrutó de momientos de harmonía.

Pero, a noche, en su cama, lloró...

Todo lo que ella quería era un abrazo afectuoso de su madre.


*religiones africanas