6 de outubro de 2010

Así son las cosas


Esperaba un vazo de vino lleno y lo ganó vacío.


Todos los días la misma cosa: despertar, apeinarse, tomar el autobus y seguir adelante hasta el trabajo. De lunes a jueves, siempre lo mismo. Anoche, encontrar el amor de su vida y cenar en uno de los pocos lugares que a ellos gustavan estar. Todavía reclamaban del hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas mucho, pero siempre iban... ¡a la rutina!


Así son las cosas. Todo estaba dado.

No quedava, sino la impresión (o la ilusión), de que uno ni siquiera pensaba.

Día tras día, noche tras noche, así caminaba la vida de Clara.


Pero un bloqueo en su móvil y la imposibilidad de comunicarse con su novio la surprendió.

Lo ocurrido fue justamente en el lunes. No pudieron citar lo de siempre. El decidió irse a su casa. Ella pensó tener el poder de telepatía y con eso llevar hasta el su mensaje: “Voy de copas. Te espero.”


En aquella noche ella bebió su vino sola.

Pensaba que a todo momento el amor de su vida iria llegar.

Intentó leer un libro, estudiar Latín, escribir...

Todavía, todo lo que tenía ganas era encontrarlo.

Como todas las noches.


Um comentário:

  1. así son las cosas

    a veces
    esperamos y esperamos
    algo ocurrir
    y esperamos

    y lo que hacemos en el cotidiano
    como una rutina
    de charlas, lecturas y vinos
    puede ser trancendental

    y esperamos
    en el bar
    y pensamos tener el poder de telepatía
    para decir a lejos que esperamos...

    así son las cosas...
    a veces tenemos que charlar como un soliloquio y beber un vazo de vino solo
    ..................................
    creo que el amor de la personage Clara
    perdió la oportunidad de más un rato trancedental de amor, lecturas y vinos...

    Muy bueno tu texto Cátia,
    besos :)

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